16-Ago-12 |
Carta de respuesta al discurso del
Presidente Calderón en el lanzamiento de la Campaña Pilotos por
la Seguridad de TELMEX:
16 de Agosto de 2012
Comentarios a la noticia del día
de hoy “Llama FCH a cruzada de cultura
vial”
Me da gusto leer que hay empresas
como TELMEX que deciden apoyar los programas tendientes a
mejorar la seguridad vial y a reducir las muertes por esa causa
en nuestro país.
Me indigna escuchar las palabras
del Presidente Calderón dando cifras, consejos y apoyando
campañas cuando su deber es el de implementar acciones concretas
encaminadas a resolver el problema.
Me indigna que mencione que al año
fallecen 16 mil personas por causa de los accidentes viales, ya
que quienes mueren son mexicanos, personas con nombre y
apellido, por lo que el número más que una cifra redondeada,
debe mencionarse como uno exacto indicando el periodo o año del
cual emana la estadística. Cuando se decretó el Decenio de
Acción por la Seguridad Vial 2011 – 2020, la cifra que se
mencionó en esa ocasión fue de 17,820 personas, en tanto que el
Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, CONAPRA,
publica la siguiente gráfica:
Lo anterior es un claro ejemplo
que en el País no contamos con una estadística nacional de este
problema, pues las cifras que se utilizan resultan de sumar las
que publica el INEGI para accidentes viales en ciudades y zonas
suburbanas con las que publica el IMT para accidentes en
carreteras federales, quedando sin estadística los accidentes
viales en carreteras estatales. Sin contar con una estadística
confiable no será posible lograr medir el logro del objetivo
planteado pues cualquier político tendrá la posibilidad de
publicar el número que mejor le convenga.
En cuanto al costo del problema
tampoco hay uniformidad de cifras pues en tanto que en la
Secretaría de Saludo mencionan que el problema cuesta al País
alrededor de $130 mil millones de pesos,
Laura
Iturbide Galindo,
directora del
Instituto de Desarrollo Empresarial
Anáhuac (IDEA), ha mencionado que el costo ronda los
$20 mil millones de dólares.
Lo anterior me
dice que una de las acciones prioritarias que debería haber
iniciado el gobierno del Presidente Calderón es el consolidar el
sistema estadístico para tener datos reales del problema de
accidentabilidad vial y sus consecuencias.
Una buena acción
fue el haber decretado el 6 de Junio del año pasado la
Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011 – 2020, que por
cierto pasó de noche pues su difusión ni con mucho alcanzó la
difusión de la noticia del día de hoy. La buena acción se ha
quedado guardada en los cajones de los responsables nombrados,
el Secretario de Comunicaciones y Transportes y el Secretario de
Salud.
Es insólito leer
que “Necesitamos hacer de México un País de
conductores responsables …” a base de campañas de
concientización como la anunciada. Para lograr esa desafortunada
frase es necesario EDUCACIÓN y reglas claras para otorgar
licencia para conducir; la campaña no sobra y es loable, pero la
responsabilidad del estado es primero y más para el Sr.
Presidente. El estado otorga licencia para conducir a los
ciudadanos sin saber si saben conducir o si conocen las reglas
viales del país. Hoy día en la mayoría de los estados del país
sólo se requiere ser mayor de edad y pagar los derechos para
recibir la licencia. El estado ha abdicado a su función y
responsabilidad de educar y examinar a quienes aplican para
recibir una licencia de manejo, con la excusa de evitar la
corrupción. Ese evitar la corrupción está mandando a la calle a
conductores sin instrucción formal que son muchas veces causa de
accidentes. Antes que “apoyar” una campaña, el Presidente
Calderón debió haber hecho obligatorio en todo el país el
requerimiento de instrucción y examinación a los candidatos a
recibir una licencia de manejo. Además, la educación vial
debiera haberse incluido en asignaturas obligatorias desde
primaria hasta preparatoria ya que TODOS los
ciudadanos en un momento u otro interactuamos en las vialidades
como conductores de algún tipo de vehículo (desde bicicleta
hasta tractocamión), pasajeros o peatones, por lo que el
conocimiento de las conductas, los señalamientos, etc. debe ser
enseñado a todos los ciudadanos. Sr. Presidente, esta obligación
no la cumplió.
Inaceptable sus
palabras de “Acepto que se pueda olvidar de
repente (el abrocharse el cinturón) y para eso es la
campaña…”, ya que su obligación es CUMPLIR Y HACER CUMPLIR
LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES QUE DE ELLA EMANEN. La mayoría de
los reglamentos de tránsito del País (desafortunadamente no
todos) establecen la obligatoriedad de que el conductor y demás
ocupantes del vehículo se abrochen su cinturón de seguridad, por
lo tanto es obligación del Ejecutivo el sancionar a los
ocupantes de vehículos que no cumplan con dicha disposición.
Ciertamente la campaña es para concientizar, pero la obligación
del Presidente es hacer cumplir la LEY.
Las acciones mencionadas por el
Presidente en el comentado artículo muestran la poca atención
que se ha dado al problema. Presume de la construcción y
conservación de más de 21,000 km de caminos, pero es de
resaltarse que él solo se transporta en avión o helicóptero pues
yo que transito con frecuencia en las carreteras de cuota y
libres le puedo contar que un buen porcentaje de ellas presentan
un mal estado de su carpeta asfáltica. En cuanto a los programas
de alcoholimetría, si bien han tenido un éxito razonable en las
ciudades que lo aplican, nuestras leyes permiten que la mayoría
de quienes son sancionados por conducir con una grado de alcohol
en sangre superior al permitido, puedan evitar cumplir su
sanción mediante un amparo express, por la gran porosidad de las
leyes en la materia, leyes a las que no se les ha propuesta una
enmienda para remediar el problema.
La Estrategia Nacional mencionada
se basa en 4 pilares para reducir la posibilidad de accidentes y
prevenir fatalidades y un pilar para disminuir el riesgo de
fatalidades. De los cuatro pilares la atención primordial del
Estado se ha centrado en el llamado Pilar 4, correspondiente al
comportamiento de los usuarios, es decir, por las acciones de
concientización como la anunciada el día de hoy y ha puesto de
lado las acciones de fondo que haría un México más seguro.
Cada vez que veo una campaña de
concientización e nuestro país, me recuerdo que concientizar a
un mexicano cuesta $2.80 dólares, o sea el costo de cruzar con
auto a los Estados Unidos, ya que una vez que el conductor
cruza, respeta el límite de velocidad, se abrocha el cinturón de
seguridad, no arroja basura a la calle, etc, etc. Ah, por cierto
que lo mismo pasa en Portugal, sólo que allá se ahorran el pago
pues el cruce es gratis; observé que el automovilista que en
Portugal maneja a velocidades en exceso a las permitidas al
cruzar la frontera a España da la impresión que en automático
entra en acción el limitador de velocidad pues ya no excede el
límite. Nótese que España ha sido ejemplo en el control del
límite de velocidad en sus carretas.
El Pilar 1 de la Estrategia,
gestión de la seguridad vial, ha sido guardado en el olvido en
el año que ha transcurrido. El otorgamiento de licencias es a
cualquiera, sepa o sepa conducir y conducirse, la aplicación de
sanciones por incumplimiento son esporádicas, el control de la
velocidad se arregla con una plática y a veces con una
compensación, los límites establecidos de velocidad máxima están
decididos con las patas y no con el cerebro, permitiendo en
algunos lugares increíblemente altas y en otros una velocidad
ridículamente baja, y así todos los aspectos que tienen que ver
con este asunto.
El Pilar 2, mejoramiento de la
infraestructura vial, es el orgullo de un Presidente que dice
que ha modernizado mucho, pero que al no haber transitado se
cree las estadísticas que le informa su círculo privilegiado y
por tanto los ciudadanos comunes y corrientes hemos de sufrir su
gasto en modernización efímera de las vialidades que a la
primera lluvia resurgen sus ya conocidos baches. Ni que decir de
la gran infraestructura en TOPES, que dañan vehículos, la
espalda de conductores, favorece la contaminación atmosférica al
provocar que los conductores aceleren a fondo para recuperar el
tiempo perdido, y todo porque la autoridad ha sido incompetente
en regular la velocidad de tránsito en las avenidas y carreteras
donde instala esas barreras.
El Pilar 3, vehículos más seguros,
es el más atrasado de los pilares de la estrategia. Hoy en día,
como lo mencioné, es obligación en muchos estados el que los
ocupantes de un vehículo se abrochen el cinturón de seguridad,
pero NO existe en México que obligue a los constructores de los
vehículos a instalarle los cinturones; en el mundo civilizados
las bolsas de aire, los frenos ABS, los indicadores de falta de
agua en los limpiaparabrisas, y muchas otras funciones de
seguridad son obligatorias, en tanto que en México esos se
consideran accesorios de lujo en los vehículos ante la falta de
una regulación eficiente sobre requerimientos de seguridad que
deban cumplir los vehículos que se comercializan por primera vez
en nuestro país. Esta falta de regulaciones permite que la
importación de vehículos usados continúe sin parar y que se
mantenga a la venta vehículos que en muchos otros países han
sido abandonados por haber sido superada su tecnología de
seguridad. Otro aspecto que se ha dejado de lado es el de la
inspección periódica de la condición física y mecánica de los
vehículos. Para los vehículos de autotransporte federal hubieron
de pasar dos lamentabilísimos accidentes en Abril de este año
para que las autoridades de la SCT hicieran obligatoria la NOM
sobre este tema, misma que había sido publicada en el año 2000,
es decir les tomó 12 años para iniciar a hacerla obligatoria,
habiendo entendido sólo a periodicazos. En el caso de los autos
la regla para la verificación periódica de condiciones mecánicas
no existe a la fecha y veo muy lejana su existencia pues cada
vez que está cerca de lograrse se acerca alguna elección
política y con tal de no enojar a la ciudadanía, mejor dejan el
tema de lado. Me parece increíble que en Costa Rica sea
obligatoria esta verificación y que cuenten con toda la
infraestructura, y aún más me impresiona que el costo de la
verificación mecánica en conjunto con la de emisiones sea
similar al costo de la verificación de contaminantes en la Cd.
de México; algo estamos haciendo mal.
En cuanto al último pilar, el 5,
éste se relaciona con la atención prehospitalaria después de un
accidente, asunto en el que me da la impresión de estar teniendo
avances a nivel federal y en algunos estados por la fuerte
ascendencia de la Secretaría de Salud.
Concluyo mi comentario pidiendo, a
través de Ustedes, al Presidente Calderón que en los pocos meses
que le quedan al frente del gobierno federal actúe de forma
determinante haciendo los cambios necesarios para que el
problema de la inseguridad vial sea resuelto desde la raíz y
deje de lado los escenarios que sólo lo pondrán en ridículo. |